Niña! De mirada profunda y cristalina, ojos de gata y camaleonica mirada, dulce y tierna, como aquella que más espanta. Frágil y dulce flor, fuerte y gran mujer serás, el sufrimiento no será ajeno en tu vida y sabrás de la dama oscura pronto, mirada nostálgica reflejo de tu angosto pasado, cristalinas de la pureza de tu alma a quien el dolor jamás quebranta, tal vez tropieces, pero siempre levantas….
Niña ingenua y confiada, dulce bebe deseada, pesadilla de noches infinitas de insomnio y risas.
Niña de temperamento añejo y corazón rebelde, amor profundo.
Niña, si supieras como yo cuán rápido pasa la vida…. Saborear ias con mayor intansidad cada segundo y eso que de intensidad y pasión, vas sobrada.
Niña, de cabellos dorados y reflejos de cobre, de ojos camaleonica desde el gris, azul y al verde con atisbo de miel que endulza tu gesto, mirada profunda que enloquece y pierde en un agujero negro por que refleja la profundidad de tu alma….
Sabía te llamas, ese es tu verdadero nombre, pues así se llama tu alma.
Espíritu divino a quien el dolor no quebranta.
Primavera de 2020
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